Hay veces en que nos sentimos intimidados ante la cámara y no sabemos que hacer, estamos incómodos, no sabemos como ponernos o posar, pues bien, si alguna vez has tenido este tipo de pensamientos llévate un perro a la sesión y verás como por arte de magia desaparecen todas tus dudas

Desde el primer momento un perro invita a jugar, a acariciarle y echarse por el suelo con el como hacemos en casa, por lo que se convierte en el rompehielos definitivo para las sesiones fotográficas con las personas que somos un poco más tímidas y nunca sabemos que hacer con las manos ni como mirar y esto está garantizado al 100%

Acabarás deseando poder llevarte a tu mascota a las reuniones del trabajo